jueves, 14 de julio de 2011

...controlando la alucinación

Pasa el tiempo y sigo soñando. Tan esperanzador como preocupante. Mantener una visión donde la acción no llega acaba probablemente transformándose en una alucinación. Es la parte preocupante. La parte esperanzadora es que, lentamente, con pies tan rígidos como los de una figura de hormigón, se siguen dando pasos hacia delante. El sueño no decae, aparece nítido y muestra otra realidad, como buen sueño que se precie. Una realidad diferente pero tan natural como la que vivo. Posiblemente otra vida en otro lugar que quiero “recordar”, o traspasar a esta. No quiero sustituir, quiero integrar. Sigo soñando que podemos, que cada uno de nosotros puede. Que ese vacío no es un trozo perdido sino más bien uno que rellenar. He comenzado pensando en el fin sin conocer los medios. Ahora van llegando los medios y todo conspira hacia un fin. Entre medias un ego que intento mantener animado como un peón responsable pero dócil para que no interfiera allí donde la razón no llega y la emoción toma el control. Sigo soñando que un sueño que tuve se hace realidad… abro los ojos y sigo viéndolo, ¿será que ha llegado?

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