miércoles, 16 de junio de 2010

...un mensajero

Un mensajero me entregó hoy una nota tuya. La abría ansioso y dentro había una sonrisa.
Aun no acabo de entender cómo sabes exactamente lo que mi corazón necesita para sentirse bien.
Los mensajeros de hoy no van en corcel, ni aceptan propina, son pantallas brillantes y silenciosas que trasladan deseos a la velocidad de la luz.
El ser humano necesita tanto las sonrisas, las palabras y las imágenes que nos llevan recuerdos, amor y felicidad, que inventa mensajeros de otra época; quizá menos románticos, pero mucho más útiles.
A fin de cuentas, lo importante es el mensaje. Por cierto, espero que la nota de amor que le dí para tí ya ocupe su pequeño lugar en tu corazón.

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