jueves, 13 de octubre de 2011

... el jardinero fiel

él conseguía lo mismo de cualquier planta...
Él cuidaba el jardín con una gran pasión. Revisaba cada una de las plantas aunque su experiencia no lo hacía necesario. Para él aquellas horas eran mucho más que una simple ocupación; eran parte de su ser. No era suyo el jardín, pero eso nunca importó. Hay personas que nacen con grandes jardines en su propiedad, pero no tienen la sabiduría para poder mantenerlos y hacerlos cada día más frondosos y cargados de colores. En otras ocasiones incluso los dueños los ponen en marcha, pero llega un momento en que alguien con más pasión, conocimiento o al menos tenacidad, debe tomar el testigo y asumir la responsabilidad, para unos, y el privilegio, para otros.
Yo lo veía casi a diario. Con sus herramientas se afanaba cual relojero suizo en extraer de la planta toda su belleza. Como un escultor, no parecía que detallara la figura en la madera, sino que simplemente se encargaba de extraer esa figura que la madera siempre había tenido dentro. Él conseguía lo mismo de cualquier planta que pasara por sus manos.
Algún día probaba nuevas herramientas, nuevos métodos, algunos con mejores resultados iniciales, pero casi todos llevados a la maestría con el tiempo, la paciencia y su gran amor por lo que hacía.
Un día el dueño del jardín le llamó y le dijo que se había cansado del color inmutable y la frondosidad del jardín, y que además así ahorraba un sueldo, el del jardinero. Lo decía con la misma mirada anodina con la que veía pasar a los transeúntes por la calle, maravillándose con aquel precioso jardín, mientras él mismo no conseguía saborear esa belleza.
El jardinero asintió y le preguntó qué tenía pensado hacer en aquel pedazo de tierra. "Lo dejaré vacío, como un solar, mientras pienso en algo". El jardinero le dijo que si no le importaba, él seguiría cuidándolo aunque no le pagase, mientras no tuviera la idea clara de lo que quería hacer allí. El propietario asintió, molesto en parte por no haberle dicho esto mucho antes y haberse ahorrado más tiempo su sueldo. No se había dado cuenta hasta entonces que la persona que acariciaba sus plantas, hablaba con ellas y las hacía sentirse las mas bellas e importantes de todos los jardines del mundo era, simplemente, un jardinero fiel.

fotografia de guadalajaracity.olx.es

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