miércoles, 16 de junio de 2010

...espejos de circo

Siempre me ha sorprendido bastante ver ciertos taxistas en Miami que hace tiempo superaron los sesenta años (algunos incluso mas) y siguen dedicando unas horas al día a llevar de un sitio a otro a errantes como yo. No lo hacen por placer, tampoco por vocación, ni porque quieran emplear su vejez en dar conversación en “spanglish” con acento cubano al que se cruza en su camino. Lo hacen porque sin este trabajo no tendrían cobertura médica en los Estados Unidos.
Me da una mezcla de rabia y tristeza verles, con sus manos afiladas, huesudas, manchadas por el sol del Malecón en su niñez y por el de Los Cayos en el otoño de su vida… y una mirada melancólica tratando aún de reconocer El Dorado, el paraíso, entre las palmeras de aquella ciudad a la que llegaron muchos años atrás cargados de ilusiones.
Uno te cuenta que era doctor en La Habana, otra bailarina del Ballet Nacional de Cuba, todos felices por la decisión de haberse marchado, pero también sintiendo que sólo fue una salida hacia delante que ahora, en la etapa final, continúa volviéndose contra ellos.
Mientras, en España, en el país de los beneficios sociales donde los jubilados de medio mundo vienen a retirarse y disfrutar de nuestro tipo de vida y sanidad pública, comienza a hablarse de reducciones en la jubilación y de la necesidad de planes de pensiones pagados por los contribuyentes.
Me da la sensación de haber entrado en un circo de los antiguos y estar mirándome en un espejos que me deforma; sólo que no soy yo sino España y es espejo es el mismo donde aquellos cubanos se miraban antes de partir.

1 comentario:

  1. No vas mal encaminado. La primera aproximación a ese estado de "necesidad dorada" será el sistema de co-pago para obtener asistencia sanitaria.

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