martes, 19 de octubre de 2010

...lluvia de otoño

Las gotas de lluvia caen como proyectiles pesados. Las notas golpear tu cuerpo, arrítmicas e incesables. No hacen daño, ayudan. Ayudan a crear una barrera invisible que te aísla aún más de los demás. No sorprende que nadie se interese por ti, ahí tirada en medio de la acera. Hoy en día eso ya no sorprende a nadie.  El nivel de anonimato en el que nos vemos envueltos ha alcanzado cotas bochornosas, nos ha hecho perder la identidad como grupo, como raza; y nos ha sumergido en la más solitaria individualidad. La gente pasa y ni te mira. No se interesa por esa joven tumbada en el suelo, vestida, en posición fetal. No notas dolor, sólo la sensación de que la vida se te escapa. Tus ojos cerrados no son obstáculo para interpretar la escena. Esa quemazón en el estómago, tus manos flexionadas sobre tu pecho y el agua templada empapándolo todo. Tormenta de otoño que parece enviada para una purificación, para una limpieza de alma más necesaria que nunca. No sangras pero sabes que parte de ti se va desprendiendo, fluyendo, abandonando tu ser. Proyectas tu vida y piensas que no es mal final. Algo melodramático, pero apropiado para los últimos acontecimientos… tantas ilusiones rotas y tantos besos entregados, pero más importante aún, un paso más en la confirmación de que nunca encontrarás el puerto soñado donde amarrar, el prado húmedo de rocío donde tenderte y dejar que la humedad purifique tu cuerpo, la vida complementaria que acaba de dar sentido a un vagar de rumbo errático.
Te sientes más cansada, más aún, y los ojos ya no responden, no se obligan a permanecer cerrados… simplemente no pueden abrirse. Algún escalofrío recorre tu cuerpo, totalmente empapado ya por la lluvia de Octubre. El momento se acerca, lo sientes llegar. Justo en ese instante, oyes un susurro que viene de ningún lugar: “es el momento de la renovación…deja atrás el dolor, deja atrás la frustración, es el momento de la renovación”.
Notas que el agua cesa y una cálida caricia del sol llega a tu rostro, lo ilumina. Abres los ojos…miras alrededor y todo está igual, todo es lo mismo… todo menos tú. Bienvenida a tu nueva vida.

2 comentarios:

  1. Tus historias se han convertido en cuentos cortos... un día podrías recopilarlos y crear un librito. Felicidades por seguir escribiendo y contactando con tu alma.
    Merche

    ResponderEliminar
  2. Ah y gracias por comentar en el mío. H hecho cambios porque había algunos errores...
    Ciao desde los USA

    ResponderEliminar