Cuando la violencia aumenta día
tras día es complicado hablar de evolución. También cuando hemos pasado de que
los pequeños puedan compartir juegos en la calle a que deban estar
continuamente vigilados para que no desaparezcan ante nuestros ojos. Vamos para
atrás si consideramos a una persona mayor un simple estorbo y sólo valoramos la
posibilidad de que nos deje una buena herencia; cuando muera lejos, claro.
Retrocedemos cada vez que llame más la atención un programa con las vergüenzas
de famosillos, que un reportaje sobre el hambre en el tercer mundo y las
posibilidades de vencerla. Caemos al pozo cuando hemos visto el reportaje pero
nos parece molesto y lejano, y ensucia nuestra rutina con algo de dolor. No
subimos escalones de coherencia cuando seguimos esforzándonos por pensar que
somos una especie con un planeta que dominar y no nos damos cuenta que el
planeta estaba millones de años antes y seguirá estando millones de años
después, sólo que no habrá espacio ni condiciones de vida aceptables para
nosotros en él. Nos terminamos conformando con la idea de que cada uno no
cuenta tanto y lo único que podemos hacer es lo poco que tenemos cerca, ¿pero
realmente lo hacemos o sólo lo decimos? Evolución no es aprovechar la
inteligencia para crear excusas y dejar pasar el tiempo, sino vivir en
conciencia y hacer que el tiempo merezca la pena. Tras estudiar muchas veces
los fantásticos avances de nuestra especie, su poderosa evolución, me queda la
duda de saber si todo esto que hemos pensado siempre que suponía un camino hacia
delante, no es más que un descenso imparable hasta la extinción de la razón. ¿No
será todo involución?
Imagen de : http://www.cartastarotesoterismo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario