martes, 15 de mayo de 2012

...un motivo para correr.

Cuesta correr sin motivo. Es casi imposible si no eres Forrest Gump. La buena noticia es que hay muchos motivos por los que correr. Habitualmente la meta no se encuentra al final de la carrera de ese día, sino que es una mera etapa, una necesidad, un paso previo que la mayoría deben dar para poder disfrutar de una carrera final. Hay personas que corren por placer, pero también tienen objetivos en los que apoyarse: estar en forma, disfrutar del paisaje, tomar el aire tras una jornada encerrado entre cuatro paredes.
En la vida también cuesta salir cada día sin motivos. Necesitamos uno, si puede ser bueno, si puede ser basado en la emoción, uno de esos que erice el vello y no encoja el estómago. Si conviertes cada día en una etapa más de la carrera final, el día que te toque la prueba definitiva, serás un ganador. Porque todo corredor sabe que en pruebas tan importantes, ya ganas si eres un finisher.

Fotografia de blogs.runners.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario