miércoles, 20 de junio de 2012

...No es envidia

Sí, ya sé que todos te dicen que es envidia, pero yo no estoy de acuerdo. Es muy fácil contestar eso para no enfrentarse a ti. ¿Qué quieres que te digan? Tú, con esa arrogancia creciente, vas y les dices: "últimamente hay conocidos que critican lo que hago, luego se enfadan porque yo les suelto algún improperio, y acaban dejándome de lado". ¿Realmente esperas una respuesta sincera? ¿Eres tú el que pregunta, o tu culpabilidad y aturdimiento? ¿O quizá tu ego? Te supongo más inteligente que todo eso, pero por esa misma razón, tengo que decirte que no, por mucho que te digan los demás, los que te abandonan no lo hacen por envidia. Lo hacen porque te has vuelto una persona insoportable, una caricatura de quién soñabas ser, un reflejo en un cristal roto de quién yo pensaba que llegarías a ser. Es el momento, tú momento. No el momento de ese ogro de dos metros que cubre todo tu ser con una carcasa metálica, ese que solo te dejó un leve resquicio por donde expulsar veneno; sin el momento de esa persona que un día perdió su identidad.
No me digas que eres tú, que realmente eres tú, no es momento de reír, y a mí es lo único que me queda cuando me dices que estoy equivocado. A mi me da igual estar equivocado. No, en realidad, me encantaría estarlo, porque no me juego nada en ello...ni siquiera tu amistad. Nunca fue mía, sólo la tenía prestada, y puedes llevártela cuando quieras. Es más, hace mucho que no es amistad, sino una limosna de nuevo rico. Esa te la quedas. No se van por envidia. Huyen porque no hay quien te aguante. Pero yo no me voy, yo me quedo para recordártelo.

fotografía de taringa.net

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