domingo, 16 de mayo de 2010

...ell@s

No estoy seguro si fue por aquella vez que miraba como un niño desorientado y se encontró con mi sonrisa. Quizá le hizo gracia que hablaba poco, pero de vez en cuanto soltaba una de las tonterías para niños que hacen también reír a los adultos (porque no son más que niños que crecieron). Tal vez pensó que yo no me quedaría a su lado cuando tantos otros le dieron la espalda, o que yo no iba a valorar tanto que él no me la diera, aquella vez que me quedé solo. Bueno, solo con mi verdad. Lo mismo sintió que no perdonaría aquella vez que para sobrevivir, me dejó de lado; pero vio que eso no me hizo cambiar de actitud, porque todos somos seres humanos, frágiles y llenos de errores. Quizá sea porque sabe que lo necesito, y es que se lo digo cada vez que lo siento, cada vez que me llena el corazón.
Uno, y otro, y otra...y otro más...
No sé por qué son mis amig@s. Quizá porque si, quizá porque sin saberlo, ninguno tuvo elección.
Vidas entrelazadas durante periodos de una vida, y quizá de muchas otras que vinieron y vendrán, una vez de caballero, otra de fiel escudero, alguna de esclavo en Egipto, otra de consejero espiritual. Exploradores hermanados por la misma carretera, resolviendo encrucijadas un día sí y otro también. Desafíos de la vida que no son tan imposibles cuando al otro lado del precipicio una mano amiga te espera.

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