lunes, 24 de enero de 2011

...la cola del paro

¡Qué pocas ganas de estar aquí! Ahora entre los que tengo delante y el ritmo que suelen llevar los de la ventanilla, me queda por lo menos media hora. Pobre hombre ese de delante, que ropas que lleva. 48 años… tirándole por lo bajo. A ver quién es el guapo que le contrata, tal como están hoy las cosas. Yo al menos tengo 32, y estoy mejor vista. Y con eso de las subvenciones para las empresas y demás, seguro que encuentro algo… aunque me pagarán menos que a ellos, claro. Es lo normal aquí. Ese de ahí está aquí por seguir cobrando, pero con la ropa que lleva y el primero de la fila, lo que quiere es salir pitando para trabajar en algo que estará haciendo. Ese se lo lleva por los dos lados y encima no paga impuestos para que a los demás nos puedan dar mejores servicios. Pero claro, como eso está aquí tan bien visto. Ese lo dice en una reunión y los demás le aplauden… si estuviera en Dinamarca se le escapa y le ponen una cara de mala leche que se va a casa deprimido. Joder, ¡creía yo que lo de ligar en la cola del paro era una leyenda urbana! Pues esos dos… yo no sé si van a encontrar trabajo, pero esta tarde acaban sudando fijo..jajajaj. Y la parejita de detrás, no veas que plastas. Desde luego estamos volviendo a la vieja era. Antes iban con el transistor en la oreja, y ahora que tienen móviles de última generación los llevan sin auriculares para que todos disfrutemos de su música tecno. Y eso por no remontarnos más atrás, porque si nos fijamos en los piercings, tattoos, y colgantes varios… podrían ser una reencarnación de un dios Maya… como mínimo. Bueno, que ya me toca y lo mismo hoy suena la flauta. A poner una sonrisa y pensar que mi amiga la orientadora hoy va a tener ahí el remate de una mañana en la cola, que empezó siendo un coñazo, pero al final, no ha estado tan mal. Hoy salgo con una entrevista bajo el brazo.

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