martes, 26 de abril de 2011

...escala seguro con valores

Los valores serían para el ser humano como aquellos anclajes que usa el escalador para ir asegurando su discurrir en la conquista arriesgada de una pared escarpada. Esos anclajes a los que va atando la cuerda que lo mantiene asegurado a la vida, la que le da la tranquilidad de dar un paso más en la dirección deseada. Mucho se ha escrito sobre los valores, y también muchos los intentos de encontrar un ramillete de valores fundamentales que fueran los que aglutinaran los más adecuados para el desarrollo correcto de una persona y su crecimiento vital en la búsqueda de su misión, pero no es tarea sencilla de conseguir. El mismo acto de enjuiciar los valores como positivos o negativos ya está destruyendo la esencia de los mismos, porque es una calificación realizada desde la opinión, y eso ya incluye una subjetividad importante. Lo que sí se puede determinar es que según sean tus valores, así serán las posibilidades de conseguir anclajes seguros en los pasos que vayas dando en tu vida. Por seguir con el ejemplo, si quieres subir a una montaña pero solo dispones de anclajes para no ir a la deriva cuando te encuentres en el mar, el esfuerzo será inútil. Es decir, debemos alinear nuestros valores con nuestros objetivos, y si descubrimos que nuestros objetivos deben cambiar, debemos también quizá trabajar en potenciar otro tipo de valores que nos permitan asegurar el paso en el nuevo sendero por el que escalar.
Debo decir que los anclajes fundamentales en el camino de la superación de barreras y la adquisición de nuestros objetivos, bajo mi punto de vista, son los siguientes:
-          Responsabilidad: Soy el responsable de todo lo que me ocurre o al menos (y no es menos importante, sino todo lo contrario) de la manera en que me afecta todo lo que me ocurre.
-          Voluntad: Cuando la motivación decae (incluso en tareas que nos gustan y nos darán satisfacciones de futuro) la voluntad nos permite dar el siguiente paso.
-          Respeto: Implica aceptación. El respeto más importante es el que siento por mí mismo. El segundo, el que siento por los demás. Si acepto la diversidad, mis defectos y mis virtudes, podré tomar distancia y renovar las fuerzas para seguir avanzando.
-          Humildad: Si el respeto te lleva a no sentirte inferior a nadie, la humildad te equilibrará para tampoco sentirte superior. La mejor perspectiva para caminar por este mundo es mirar a todos a su misma altura.
Aparte de estos valores, hay otros también muy importantes que pueden aportar unas cualidades extras para llegar al final de cualquier recorrido por mi escarpado que parezca inicialmente, son aquellos que nos aportan toda la energía que los otros nos pueden dar y que, como suele ser habitual, nos llega después de que nosotros hayamos compartido la nuestra. Son los siguientes:
-          Bondad. Es la inclinación a hacer el bien. Más allá de servidumbres implica el dominio de los valores anteriores.  Hacerlo sin esperar nada a cambio supone la mayor inversión para el éxito.
-          Solidaridad. Es el sentimiento de participación en metas con objetivos comunes para un grupo de personas. La solidaridad aporta pertenencia y vínculo, revierte en energía vital para afrontar nuestras propias misiones y da una nueva perspectiva de los problemas individuales, minimizándolos
Aférrate a estos valores y sigue avanzando con la tranquilidad de que un resbalón o una dificultad no pondrán 
en peligro tu objetivo final.

(extracto del borrador del libro sobre liderazgo personal)

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