sábado, 20 de noviembre de 2010

...valores

Me gustaría transmitir valores a la gente joven, pero no sé cómo. Hay veces que pienso que una charla de dos horas no puede cambiar a nadie, eso lo tengo claro. De hecho, nada puede cambiar a nadie sino uno mismo, pero al menos hay que conseguir provocar la chispa, remover algo dentro, hacer que todo comience. Si eso se consigue en uno de cada mil chicos, será un gran éxito, pues él podrá influir a muchos más que un simple conferenciante por muy bonita que sea su presentación.
Otras veces pienso que la clave está en que los padres tomen conciencia de qué tipo de valores son los importantes, los que hay que potenciar en los hijos antes de que el día a día nos impida competir con el resto de sus amigos, los videojuegos y la televisión. Hay cuatro o cinco años para poder canalizar ese libro en blanco que son de pequeños con un inicio de historia que garantice un final feliz para ellos. A partir de ahí, lo demás son borrones, intentos con grandes esfuerzos y pequeñísimos cambios posibles, sólo realizables si llegan en el momento oportuno, cuando el joven ha sufrido y necesita un nuevo rumbo, o cuando la insatisfacción abra una nueva ventana para dejar entrar una nueva manera de hacer las cosas. Demasiado complicado para que unos padres con el ritmo actual de vida tengan muchas posibilidades. Tiene que ser mucho antes.
El único problema ahora es: ¿Tienen los padres valores? En la mayoría de los casos, creo que los valores que se han fomentado en los últimos 20 años no han sido los mejores. Una actitud revolucionaria hacia el tipo de educación que esos padres recibieron de los suyos los ha llevado al otro extremo y en línea con una sociedad que no puede decir “no” a nada y dónde la presión viene con la comparación con el resto y no con tus verdaderas necesidades.
Si con los jóvenes de hoy lo veo difícil, con los padres de esos jóvenes de 18 años lo veo imposible. Puestos a emplear esfuerzos, mejor miremos al largo plazo y comencemos con los jóvenes. Podremos ayudar a que alguno de ellos sea un padre diferente, esperemos que mejor, en el futuro. 

1 comentario:

  1. Hola Luis,

    Un tema muy interesante. Justamente mi pareja se dedica a eso a ayudar a nutrir la inteligencia emocional de lo sniños.... pero desde luego no es nada ´fácil y hay que reflexionar mucho y actuar en contra de muchas cosas para conseguirlo.... pero no hay que perder la esperanza.
    Merche

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