domingo, 9 de enero de 2011

...24 km de conversación

Vaya, parece que no llueve y hasta hace un poco de sol. No tengo muchas excusas para no salir aunque ganas si que tengo pocas. Venga, vístete y estira un poco. Vamos allá, a ver cómo estoy que hace mucho que no corro un tramo largo de verdad. Las piernas van respondiendo bien, y el pulso no se acelera, esto pinta genial. Hace mucho que no iba tan suave. ¿A que no te atreves a hacer hoy veinticuatro kilómetros, tú que nunca has hecho más de veintiuno? Venga, te sientes bien, inténtalo que hoy creo que podrás. Primer kilómetro cumplido. Solo uno, quedan veintitrés, y este era cuesta abajo! Demasiado para mi cuerpo, no? Anda, venga, como el amigo de Momo, ese que limpiaba cientos y cientos de metros de calles con asombrosa facilidad. Al final es sólo centrarte en la siguiente baldosa, como si no hubiera ninguna más, y luego otra, y otra. No pienses más allá... solo corre y sigue disfrutando cada paso.
Pues sí, me siento bien y ya van siete kilómetros. El fresco de la mañana se deja notar en mi cara y mi camiseta sudada, casi da un poco de frío, pero es lo mejor para seguir corriendo. Tómate un gel y sigue disfrutando. Por aquí no había venido nunca, los árboles y ese suelo tupido de verde gracias a las últimas lluvias lo han dejado espectacular. Algún día me compraré zapatillas de montaña para correr por ahí, pero ahora concéntrate y disfruta del paisaje. Como decía Jesús, no te olvides de sonreír.
Kilómetro diez y ni asomo de dolores. Ritmo bajito, sí, algunos me pasan rápidos, pero mi pelea no es con ellos. No es con nadie. Es sólo conmigo. Con ese chico que hace algo más de un año se cansó de poner excusas para hacer deporte y de soportar dolores en sus tendones y músculos. Hoy ni me reconozco.
Todo sigue fluyendo con mucha facilidad y tras este repecho voy a llegar al kilómetro doce! Parece que no funciona el podómetro. Bueno, da igual. Si deshago el camino y llego a casa haré los veinticuatro. Pero hoy estoy muy bien, ¡hoy haría cuarenta! Calma campeón que ahora viene lo duro, dentro de poco tendrás que ir empujando hacia delante ese muro de ladrillo invisible que define tus límites. Kilómetro dieciséis. Hace meses que no corro más de quince. Es genial. Me sale una sonrisa casi sin querer. Soy un privilegiado, aquí corriendo, ensimismado en mí y este ritmo de zancada. Sin problemas, sin preocupaciones. Disfrutando de esta maravilla de mañana y este paisaje alrededor. ¡Cuántas personas no pueden correr, ni siquiera caminar! Y cuantas muchas pueden hacer esto y mil cosas más pero no saben disfrutar de todo aquello que les puede aportar. Kilómetro veinte. Apuro el gel de glucosa y el agua. Estoy a solo uno de mi límite de siempre, pero me encuentro bien. Es emocionante. Otra oportunidad de hacerte más fuerte, de superar tus miedos, las barreras que tu cabeza te marca. Si haces estas cosas puedes hacerlo todo. Todo depende de ti. Todo lo que imagines y le pongas voluntad puedes hacerlo. Todo.
Kilómetro veintidós! Muy bien. ¡Lo has conseguido! No sé si es el frío, pero tengo los vellos de punta. Disfruta. No dejes de disfrutar. Sonríe. Inspira y disfruta el momento, pero recuerda que no has terminado aún, puedes más. Solo queda el final. Esas tres pendientes suaves pero que ahora quizá te cuesten. Y tu decías que harías cuarenta. Fanfarrón. Duele un poco el tendón de Aquiles, pero tú no le hagas caso, es un viejo conocido, un poco gruñón, pero hoy no podrá impedir nada. Lo vas a conseguir.
No te aceleres por la emoción. Hoy no se trata de ir rápido, se trata de llegar. Último giro y ahí está mi casa. Genial. ¡Genial! Sonríe y disfruta esos veinticuatro kilómetros. A ver, dos horas y cincuenta y tres minutos. Je,je. No has batido ningún récord pero ¿qué mas da? lo que has conseguido es aún mas importante que eso. Hoy me voy a la ducha pensando que los límites no existen cuando le pones ilusión, voluntad y constancia. Y que es fantástica la sensación de ir haciendo camino hacia ellos, paso a paso. Una nueva lección impagable. Esto no se queda en mi cabeza, en cuanto llegue lo escribo en el blog.

1 comentario:

  1. Lo que me faltaba para completar un día muy especial. Cuanto me alegro amigo. La ilusión puede con todo. Me he emocionado leyendo el post. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar