domingo, 4 de abril de 2010

...hacia Miami

Otro avión, el mismo cielo. Mañana fría de niebla que, bajo la mano del sol, va enlazando sus finas gotas hasta crear esponjosas nubes de algodón.
Una estela en el cielo como un rastro de migas de pan, indicando un camino que nadie seguirá.
Y en el otro extremo, donde apunta la nariz de este pájaro de acero, la fusión. Dos historias, dos culturas, un hervidero húmedo de continua revolución. La tierra prometida, la miseria evitable, el lujo más elitista, la vida en una parada de autobús.
Una sensación de que el día, con el ritmo americano, va más rápido que aquel cubano, que vino un día a ritmo de "son".
Una señal más de que "el Dorado" está más cerca de la "calle Sierpes" que del centro de Perú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario